Literature
Segundo relato erotico no tanto
Esa mañana fría de julio me despertó y me di cuenta que estaba abrazada a una extraña. El sol me pagaba en a cara y me apuraba a abrir los ojos. Sentía un perfume de mujer conocido, y una respiración muy cerca, tanto que me di vuelta y sin querer la besé. Y como si fuese mi pareja sonrió. Claro que aún no abría los ojos. De golpe sentí que me abrazaba y me agarraba, ese roce en mi piel, hacía que extrañamente. Algo en mí se prendiera.
Finalmente abrió los ojos y su sonrisa se hizo más grande, sus ojos se llenaron de ternura, de pasión, de un fuego interno.